La luz

El espectro electromagnético

La radiación electromagnética es una forma de energía que viaja a través del espacio en forma de ondas y puede tener diferentes longitudes de onda, desde las más largas hasta las más cortas. Estas ondas son producidas por partículas cargadas en movimiento, como los electrones.

El espectro electromagnético se organiza según la longitud de onda (la distancia entre dos crestas consecutivas de una onda) o la frecuencia (el número de ondas que pasan por un punto en un segundo) de las ondas electromagnéticas. Aquí están las principales regiones del espectro, ordenadas de las ondas de mayor longitud (frecuencia más baja) a menor longitud (frecuencia más alta):

Ondas de radio: Tienen la longitud de onda más larga (desde milímetros hasta kilómetros) y son las de menor energía. Se usan en telecomunicaciones como radio, televisión y telefonía móvil.

Microondas: Tienen longitudes de onda más cortas que las ondas de radio y son usadas para aplicaciones como los hornos microondas, la transmisión de señales de Wi-Fi y los radares.

Infrarrojo (IR): Se encuentra justo por debajo de la luz visible y es emitida principalmente por fuentes de calor. Los controles remotos y las cámaras térmicas funcionan con infrarrojo.

Luz visible: Es la parte del espectro que los ojos humanos pueden percibir. Incluye todos los colores que vemos, desde el rojo (que tiene una longitud de onda más larga) hasta el violeta (que tiene una longitud de onda más corta).

Ultravioleta (UV): Esta luz tiene una longitud de onda más corta que la luz visible. Aunque es invisible para el ojo humano, puede causar quemaduras solares y tiene aplicaciones en la desinfección.

Rayos X: Tienen longitudes de onda aún más cortas y son de alta energía. Son utilizados en medicina para obtener imágenes internas del cuerpo.

Rayos gamma: Son las ondas de mayor energía y la longitud de onda más corta en el espectro electromagnético. Se generan en procesos nucleares y en explosiones estelares, y pueden ser muy dañinos para la materia viva.

¿Cómo funciona?

Las ondas electromagnéticas se propagan en el vacío a la velocidad de la luz (aproximadamente 300,000 km/s) y transportan energía a través del espacio. Cuanto más corta es la longitud de onda (o mayor es la frecuencia), mayor es la energía de la radiación electromagnética.

Por ejemplo:

Las ondas de radio son de baja energía, por lo que no son dañinas y viajan grandes distancias.
Los rayos X y los rayos gamma tienen longitudes de onda muy cortas, lo que les da una gran capacidad para penetrar materiales densos, pero también son peligrosos en altas dosis.

Las ondas visibles son las que nos interesa en la pintura, ya que ellas son las encargadas de hacer que veamos los colores de los pigmentos de los objetos que observamos.
Estas ondas interactuan con los objetos de tres formas:
 

Las ondas interactúan en los objetos, mientras unas rebotan, otras se quedan en el objeto o lo atraviesan deformándose. Las que rebotan son las que entran por nuestro ojo a la retina.  La retina descodifica las ondas con los conos y envía la información al celebro.

Las mezclas aditivas y sustractivas

Las mezclas aditivas y sustractivas son dos métodos diferentes de combinar colores, cada uno utilizado en distintos contextos. La aditiva es como trabajan nuestros ojos y las sustractiva ,la que hacemos en pintura.

Mezcla Aditiva

Consiste en sumar colores de luz. Se basa en la combinación de diferentes longitudes de onda de luz.
Colores Primarios: Rojo, verde y azul (RGB).

Resultado: Al mezclar los colores primarios aditivos, se obtienen colores más claros. Por ejemplo, al combinar rojo y verde, se obtiene amarillo; al mezclar los tres colores primarios, se obtiene blanco.

Aplicaciones: Pantallas de computadoras, televisores y cualquier fuente de luz (como proyectores).

La mezcla aditiva está relacionada con cómo percibimos los colores a través de nuestras células visuales.

Cómo Funciona:

Células del Ojo: En la retina del ojo humano, hay dos tipos principales de células responsables de la percepción del color: los conos y los bastones. Los conos son los que nos permiten ver el color y son sensibles a diferentes longitudes de onda de luz, y los bastones se encargan de la luminosidad y oscuridad.
Colores Primarios: Los conos vienen en tres tipos, cada uno sensible a una de las longitudes de onda que corresponden a los colores primarios aditivos: rojo, verde y azul.
Percepción del Color: Cuando la luz entra en el ojo, los conos responden a las longitudes de onda presentes. Si, por ejemplo, se activa el cono sensible al rojo y el cono sensible al verde, el cerebro interpreta esa combinación como el color amarillo.

Proceso de Mezcla Aditiva:

Entrada de Luz: La luz que refleja los objetos entra en el ojo.
Estimulación de Conos: Dependiendo de la mezcla de colores de luz que llega, se estimulan diferentes proporciones de conos.
Percepción: El cerebro combina las señales de los conos y produce la percepción del color.

Así que, en efecto, el proceso de mezcla aditiva refleja cómo nuestros ojos y cerebro trabajan juntos para interpretar los colores que vemos en el mundo.

 

Mezcla Sustractiva

Implica la eliminación de colores de la luz blanca. Se basa en la absorción de diferentes longitudes de onda de luz.

Colores Primarios: Cian, magenta y amarillo (CMY). A menudo se agrega negro (K) en impresión, formando el modelo CMYK.

Resultado: Al combinar los colores primarios sustractivos, se obtienen colores más oscuros. Por ejemplo, al mezclar cian y magenta, se produce azul; al mezclar los tres colores primarios, se obtiene negro (o un tono muy oscuro).

Aplicaciones: Impresión, pintura y cualquier proceso que implique la mezcla de pigmentos.

Ambas mezclas son fundamentales en sus respectivos campos y ayudan a comprender cómo interactúan los colores en diferentes medios

Desde una perspectiva física, el color es el resultado de la interacción entre la luz y un objeto. Los pigmentos en ese objeto tienen la capacidad de absorber ciertas longitudes de onda de la luz visible y reflejar otras, y es esa luz reflejada la que nuestros ojos perciben como color.

Sin luz, no hay color: Si no hay luz, no hay color en términos perceptibles. En la oscuridad total, un objeto no tiene color porque el color, como lo percibimos, es el resultado de la luz que interactúa con el objeto y llega a nuestros ojos. Desde esta perspectiva, los pigmentos y los colores «existen» porque la luz existe y se manifiestan a través de ella.

Los pigmentos existen independientemente, pero el color no: Los pigmentos en los objetos tienen propiedades químicas intrínsecas que determinan cómo interactúan con la luz. Estas propiedades existen incluso en ausencia de luz, pero el «color» que asociamos con ellos solo surge cuando hay luz disponible para reflejarse en ellos. Entonces, podríamos decir que los pigmentos existen independientemente, pero el color solo se manifiesta en la presencia de la luz.

Desde una perspectiva fenomenológica o filosófica de la percepción, podríamos argumentar que el color no existe por sí mismo; más bien, es una construcción que emerge de la interacción entre la luz, el objeto y nuestra percepción sensorial. Sin la luz, el color no sería «experimentado» de ninguna manera, porque no habría interacción entre el pigmento y nuestros ojos.

El color como fenómeno perceptual: Si bien los pigmentos tienen propiedades físicas que interactúan con la luz de ciertas maneras, el color tal como lo experimentamos es una construcción de nuestro cerebro basada en la información que recibe a través de los ojos. En este sentido, podríamos decir que la luz «hace que el color exista» en nuestra conciencia, ya que sin luz no habría estímulos visuales que nos permitan percibirlo.

Podemos considerar que los colores son parte de la realidad física en el sentido de que los pigmentos tienen propiedades moleculares específicas que determinan cómo interactúan con la luz. Las moléculas que componen un pigmento absorben ciertas longitudes de onda y reflejan otras, lo que crea el fenómeno del color que experimentamos.

¿Existe el color en los objetos mismos?: Algunos filósofos y científicos han argumentado que el color no existe «en» los objetos, sino que es una propiedad relacional entre el objeto, la luz y el observador. Es decir, el color no es una cualidad inherente del objeto, sino algo que emerge debido a la interacción entre el objeto, la luz y nuestros sentidos. Desde esta perspectiva, podríamos decir que el color es algo que «surge» de la luz en la medida en que se relaciona con los pigmentos y nuestra percepción.

Otra perspectiva filosófica interesante es que la luz no solo revela los colores, sino que también crea la realidad tal como la percibimos. Si consideramos el universo en un nivel más abstracto, sin la luz no habría percepción, ni consciencia de las formas ni los colores. Esto sugiere que la luz tiene un papel fundamental en la creación de nuestra experiencia del mundo.

El color como parte de la realidad que experimentamos: En este sentido, el color es una de las muchas formas en que experimentamos la realidad a través de nuestros sentidos. No es simplemente una propiedad del objeto, sino una forma de «conexión» entre nuestra conciencia y el mundo exterior. La luz actúa como un puente entre lo que está ahí afuera y lo que percibimos en nuestra mente.

Una cuestión filosófica clave es si el color realmente «existe» en el mundo físico o si es solo una creación de nuestra mente. ¿Existe el rojo fuera de nuestra experiencia consciente del rojo? ¿O es el color algo que solo tiene sentido dentro del contexto de la percepción humana?

El color sin observador: Sin un observador para interpretar la luz reflejada por un pigmento, ¿sigue existiendo el color? Desde un punto de vista científico, el color como tal no existiría sin observadores, porque lo que existe son las longitudes de onda de la luz, y el color es la interpretación que hacemos de esas longitudes de onda.

Desde una perspectiva más equilibrada, podemos decir que los pigmentos y la luz están en una relación interdependiente para que el color «exista». Los pigmentos poseen la capacidad física para interactuar con la luz, pero sin la luz no habría interacción, y sin nuestra percepción tampoco habría una experiencia de color.

¿Existen los colores sin la luz, o es la luz la que los hace existir?

En un sentido físico, los pigmentos existen como sustancias químicas con propiedades específicas, pero el color como tal necesita de la luz para manifestarse y para ser percibido. Desde una perspectiva filosófica, podríamos decir que el color es un fenómeno que solo se realiza en la interacción entre la luz, los pigmentos y nuestra conciencia.

Así que, dependiendo de la perspectiva, podríamos concluir que:

Los pigmentos existen sin la luz, pero el color, como lo experimentamos, no existe sin la luz y sin la percepción humana.
En última instancia, la luz no solo revela los colores, sino que también les da existencia perceptual, haciendo que nuestra experiencia del mundo sea rica en matices y sensaciones.